Buscando Palabras

Es raro que sufra de insomnio, pero ya van varias noches que me cuesta dormir, me da la 1 de la mañana y sigo poder sin sueño. Observo la calle a través de la ventana, me llama la atención su quietud, el silencio, aunque ya me acostumbré a ver la calle sin un alma por cuestión de la pandemia, sigo pensando que es algo anormal. Se escucha a lo lejos unos ladridos, el güero contesta esos ladridos mientras sale corriendo del cuarto, me pregunto ¿Por qué ladró el perro? Imagino varias cosas, mientras me recuesto y observo las ramas del árbol de frente, entre la luz de la calle y la oscuridad se me hace una belleza, regresa el güero y se recuesta al lado de la cama, mientras pienso que en una noche así se pueden escribir muchos versos, pasan los minutos y escucho los ronquidos del güero, siento cierta envidia por no poder conciliar el sueño, pero al final pienso que la vida es buena.

Cuando leí la historia de la fragancia llamada “Eight and Bob” inmediatamente quise olerla, por un lado la historia tiene cierto misticismo, por otro, es una fragancia que uso Kennedy, un presidente americano que tenía la particularidad de ser guapo y millonario, situación que me hizo preguntarme ¿a que olería el hombre más poderos del mundo? Vamos en ese entonces Kennedy no era presidente, pero no deja llamar la atención la pregunta ¿A que huele un millonario? Ya que por el otro lado Albert Bouquet quien es el creador de la fragancia era un aristocrático francés.
La historia es la siguiente, John F Kennedy y Albert Bouquet se conocen en la costa azul antes del inicio de la segunda guerra mundial, le llama la atención la fragancia que usa Bouquet a Kennedy y este termina convenciendo de que le envíe un frasco de su fragancia. Bouquet le envía el frasco a Kennedy con una nota que decía “Aquí esta un poco del glamur francés que a su personalidad americana le falta”; Kennedy al recibirlo nuevamente le hace la solicitud enviándole una nota la cual decía “me podría enviar ocho más ¡ah! y una para Bob”. Bouquet busca las botellas y las etiqueta con el siguiente nombre “Eight and Bob” por la extraña petición de Kennedy. Cuando regresa Kennedy a Estados Unidos, es cuando Bouquet comienza a recibir muchos pedidos del perfume que le dio a Kennedy, dando el inicio a la leyenda al ser solicitada por la aristocracia americana, llega la segunda guerra mundial, Bouquet muere durante la guerra y el mayordomo esconde la formula y oculta las fragancias en libros para evitar que los alemanes se quedaran con ellas.

El año pasado al leer la historia busque la fragancia, para mi sorpresa se vendía en México, en ese momento intente olerla antes de hacer la compra, la realidad es que nunca encontré una tienda con un tester, así que mientras duró mi búsqueda de la fragancia, se agotó, ya que según la historia de la composición esta se basa en una flor que crece cierta época algún país de américa del sur, por lo que la formulación original es limitada y comprendí que tenía que ser una compra a ciegas. Cuando me di cuenta a inicios de mes que ya estaba en venta, inmediatamente hice la compra en línea.

Estas son mis impresiones. Como decidí pasar a recoger el perfume a la tienda en vez que se enviará a mi domicilio, aproveche para probar varios tester, así que cuando la tuve en mis manos lo primero que hice fue poner un poco en mi brazo y pase toda la tarde oliendo y comparando la fragancia con las que tenía en otras partes de mis brazos. La primer sorpresa fue que a pesar del tiempo su aroma perduro unas 6 hrs y sobre todo conservo su esencia, esto lo digo ya que entre todos los olores que traía en ese momento estaba oud Wood y tabaco vainilla de Tom Ford, así que ante estas dos opciones el poder distinguir el aroma sin sentir que le ganaba alguna de las mencionadas ya tenía un punto a su favor.

¿A que huele? Según la página principal huele en sus notas de salida son cardamomo, pimienta rosa y limón, sus notas bases son madera seca, violetas y Labdanum y las notas de fondo o de corazón ámbar, sándalo y vetiver. La primer impresión se percibe un aroma floral entre los cuales identifico el cardamomo, un poco a las violetas, cítricos y vainilla dulce, al paso de unos 20 minutos, se comienza a ir los aromas florales y comienzan a surgir los tonos cítricos con madera y la vainilla ya pasadas unas dos horas se puede percibir el tono dulce la vainilla entre las maderas lo cual da un toque limpio, durante el uso la vainilla dulce y el ambar son el principal protagonista, sobre todo ese tono de ambar agradable dulzón que ante la mezcla del humor de nuestra piel, el cardamomo y la vainilla te hace darte cuenta que tiene más notas que no son fáciles de encontrar pero son muy agradables; aquí hago un paréntesis de lo poco que he leído sobre esta fragancia algunos sitios indican que dentro de la formula hay un secreto y este es una flor que se da en Sudamérica, no sé si sea la flor pero si tiene un aroma muy agradable que surge de forma espontánea a lo largo de la vida del perfume. Respecto a su duración en mi piel duro entre 6 y 8hrs, no tiene una gran proyección, pero la mayoría del tiempo se puede percibir a un metro de distancia, es importante decir que al otro día en mi camisa se podía percibir el dulzor de la vainilla, madera y ámbar, situación que le atribuí ese olor a limpio al final de día.

¿Me gustó? Sí, definitivamente sí; la realidad es que uno piensa que oler a millonario debe de ser un aroma complicado, el aroma de Eight and Bob es simple en cierta forma sencillo y pudiera ser catalogado por varias personas como genérico ya que podemos encontrar varios perfumes con una apertura floral y de cardamomo similares, pero tiene algo que lo hace diferente y le da identidad propia. He de decir que este perfume es uno de los que me ha dado más cumplidos femeninos.

Pienso que es un perfume para usar casi todo el año, aún en climas muy calurosos lo dulce de la vainilla creo que no puede ser chocante en calores extremos y en climas fríos sería un aroma aceptable, pero le faltaría unas notas más intensas para poder resaltar en ese clima. Para uso de oficina, salida nocturna con tintes románticos, quizá para ocasiones de cierto lujo donde ese aroma a limpio te da cierta distinción, no lo usaría para una salida con amigos a un bar.
El otro punto que tiene a su favor es el empaque del perfume, es sencillamente hermoso, es una caja, con un libro el cual en su interior esta la botella, en las hojas del libro se puede leer la historia del perfume. La botella es simple con una etiqueta de papel de algodón donde solo están las palabra “Eight and Bob” la tipografía me hizo recordar las letras de las plantillas de mi equipo de dibujo cuando era estudiante, lo cual le da toque de elegancia si uno se encuentra en 1937 (pienso que aún actualmente) ya que se ve un trabajo artesanal.

La pregunta de los 64 mil es ¿Vale la pena comprarlo? Si no tuviera la referencia de la historia que hay detrás de la fragancia, el precio de esta comparado con otros perfumes de línea como Suavage de Dios diría que no. Por eso pienso que es un gran acierto la forma en que se comercializa, el aroma se convierte en perfume de nicho, el no en encontrar en exhibición por la historia que hay detrás de la fragancia, así mismo el hecho que se que tenga una producción limitada al año por la famosa flor secreta de Sudamérica, incrementa más el deseo de obtenerla. Ahora bien, si se compara el costo de la fragancia contra otros aromas de nicho, creo que es una fragancia económica dentro de las de nicho, es por esto por lo que digo que es un acierto la historia que hay detrás de su comercialización, lo cual no la hace sentir como muy cara. En lo personal el haber ya usado la fragancia varios días, definitivamente diría que, si vale la pena, no tiene una proyección lineal, a lo largo del día te va dando sorpresa ya que va tomando matices agradables que te hacen volver a olerte para captar las notas, si a esto le agrego que es un aroma que muchas mujeres lo identifica como agradable, afirmaría que si vale la pena su compra; además se usa un perfume que uso Kennedy creo que solo por este hecho vale la pena comprarla.

Nota final por la forma de comercializar en México creo que debo advertir que es una compra a ciegas, si no te gustan los aromas suaves y dulces no sería una buena opción de compra.

La realidad es que aun que me guste la fragancia, no considero que sea una fragancia de poder o bien de millonario, es más bien una fragancia de niño bonito, que gusta a casi todos. Frank Underwood nos puede decir «todo es acerca del sexo. Excepto el sexo. El sexo es acerca del poder» a esta fragancia le falta un toque de sexo.

El año pasado fue de locura, casi todo el año me la pase en un hospital cuidando a mis padres. Para mi cumpleaños 46 había comprado una botella especial para festejarlo, no pude festejar, ese día sencillamente me la pase en hospitales, llegue a casa después de cuidar en la noche a mi madre, ese día mi padre me invito a desayunar, pero unas horas después estaba en otro hospital viendo un especialista para mi padre, en la noche volví a cuidar a mi madre, mientras la cuidaba recordé la botella y me dije ya tendré tiempo para una mejor ocasión. La verdad es que cuando abrí esa botella sencillamente no me supo, entre las presiones del trabajo y los cuidados de mi padre mi humor no era el mejor y no pude disfrutarla.

Hoy el panorama es muy diferente, mi madre se encuentra estable, aun que estoy sin trabajo, me siento feliz y tranquilo. Quizá hoy no tengo definido el que me voy hacer para ganar la vida en un futuro, pero les he de confesar que me siento feliz con esta duda, al igual que niño surgen ideas y en eso estoy, imaginado como pueden ser realidad. Al igual que año pasado me compre mi botella, mientras la bebo me doy cuenta que por mucho tiempo deje de ser niño. Felices 47 le digo a mi niño interior y si hoy si me supo.

Hay fechas que nunca se olvidan y en mi caso hay dos fechas inolvidables que comienzan con el número 19. La primera fecha es el 19 de marzo, ese día es cumpleaños de mi padre y también fue el día que falleció Jaime Sabines. El otro día es el 19 de septiembre; en 1985 sucedió un terremoto que destruyó mi ciudad; en aquel momento tenía 12 años y en ese entonces vi cómo se colapsaba la Ciudad de México, la cual se negó a morir y emergió como ave fénix. El día de ayer por esas cosas raras de la vida en el aniversario 32 del sismo del 85, volvió a suceder un temblor que cimbro nuevamente a la CDMX ocasionando el derrumbe de varios edificios, al igual que hace 32 años la ciudad se volvió un caos, pero en medio de la sorpresa surgió ese espíritu solidario de los habitantes de la CDMX que nuevamente salieron a las calles a ayudar a sus hermanos en desgracia. Es cierto que los daños de este temblor son mucho menores a los ocurrido hace 32 años, pero no deja de ser estrujantes las historias después del sismo. Estoy seguro de que la ciudad volverá a levantarse, también surgirán normas más estrictas y análisis más complejos para diseñar y construir edificios más seguros que de alguna forma buscaran alejar esos fantasmas apocalípticos asociados a un sismo.
Al final del día no pude dejar de pensar lo apocalíptico que fue el día. Pero al final sentí esperanza de que todo va mejorar a pesar de lo frágiles que somos. Es momento de ayudar, de ser solidario y de trabajar por un México mejor, unidos somos invencibles.

Una bola de helado de menta con chispas de chocolate me transporto a mi niñez, recordé esos días que acompañaba a mi padre al centro a comprar refacciones, una vez que recorríamos los puestos donde se podía compara diagramas, bulbos, transistores, resistencias y no sé otra tipo de cosas, terminábamos en un negocio de helados “Holanda” que se encontraba en la esquina de República del Salvador y Aldaco donde pedía mi helado de menta con chispas y emprendíamos el camino de regreso a casa, mientras saboreaba una de las cosas más deliciosas del mundo.

Hoy tuve unos instantes de dicha completa.

Observo un poco divertido a una madre que va regañando a su hijo adolecente, no sé qué travesura hizo, pero la mujer se ve desquiciada y desesperada mientras va a grito abierto en plena calle cuestionado a su hijo.  Se detiene guarda por unos segundos silencio y le dice al chamaco “Dime ¿Qué chingados quieres hacer con tu vida?” el muchacho guarda silencio y la madre desesperada le da un jalón de greñas a su hijo mientras lo empuja para continuar su camino.

Me detengo viendo la cara de contrariedad del chamaco, mientras pienso en la pregunta que le acaba hacer. Me es inevitable recordar a mi  padre haciendo una pregunta similar cuando por rebelde decidí no seguir su guión.

Lo cierto es que cuando cumplí 33 años puede tener una respuesta y mi respuesta es “SER FELIZ”.

Estoy próximo a cumplir 44 años y continúo experimentado para encontrar esa receta dela felicidad eterna.

Vuelvo a pensar en el chamaco y me pregunto si tiene respuesta y si no la tiene en cuanto tiempo más la encontrara y cuál sería su respuesta.

Y yo les pregunto  ¿Qué quieren hacer de su vida?.

Siempre el inicio de año está lleno de buenas intenciones e incertidumbres, de pronósticos que al paso del año quedan en el olvido. Pero este inicio de año ha sido un despertar salvaje, incremento de la gasolina con sabor de que va llegar al infinito y más allá, la devaluación del peso mexicano con más sabor de que el límite será el infinito y más más allá, la llegada a la presidencia del país más poderoso del mundo de un tipo que supo usar todos los miedos americanos para lograr su causa, una economía mexicana que se sabe débil y que depende mucho de la política americana, la cual a partir del 20 de enero será antimexicana, un presidente mexicano que mintió para poder vender sus reformas estructurales, al cual, la verdad lo alcanzo 2 años antes de terminar su sexenio.

Antes estos augurios, dan ganas cada noche de este año el seguir el ritual de comer 12 uvas para ver si así cambia un poco el panorama. De brindar y emborracharse a diario por un futuro mejor y así olvidar por unas horas que la chingada esta cerca.

Siempre he sido optimista pero este 2017 tendremos que abusar del optimismo y de las ganas de no quebrarnos.